El poder de las palabras.
UNA EXCELENTE OPCIÓN.
Me enamoré de este libro por su lenguaje
ligero, dibujos, chistes, datos científicos, investigación y aplicación
práctica para la cotidianidad de nuestros días. En los últimos meses el género de divulgación
científica me ha cautivado y me he mantenido en la búsqueda de esta clase de
libros, EL PODER DE LAS PALABRAS llegó a mí como regalo de cumpleaños y me sorprendió
saber que fue elegido al azar, son estos momentos en los que me digo: el libro me
eligió.
Fue publicado en agosto de 2022, así que toda
su información y datos son actuales y justos para la realidad que estamos
viviendo.
¿QUE ES VERDAD?
Es misterioso como cada conocimiento se articula para hacer click en mi mente y entonces todo a mi alrededor parece hablar de lo mismo, lo que me sorprende es que esa información siempre ha estado allí, almacenada y latente esperando que sea esa persona que la puede ver y aprender, y justo cuando doy por sentado que lo entiendo aparece algo y me revela que he estado equivocada en mis verdades más probadas. No está ligado al empeño que le ponga por saber, sino a que suceda en el momento justo "la palabra justa es justa porque aparece en el momento preciso", ahora sé que eso es aprender a pensar. Exactamente, en palabras del autor, Aprender a pensar es: "Conectar en una historia coherente el conocimiento nuevo con nuestros conocimientos previos", es por ello por lo que debo permanecer dispuesta a cambiar los pilares de lo que me define, ser maleable y una alumna siempre, pero entonces... ¿Qué de mí permanecerá inmutable en el tiempo?
NO SON SOLO PALABRAS.
Las palabras siempre han sido importantes para
mí, me han gustado y seducido para leerlas o escribirlas, y hoy al aprender un poco más de ellas cobran aún más relevancia. No son solo la
herramienta para comunicarnos, crear, amar, odiar, trabajar, socializar etc,
también son las márgenes de nuestra realidad, son nuestro pasado, la persona
quien somos, condicionan lo que sentimos y el mundo que vemos. Resulta que
mucho de nuestra realidad depende del idioma en que hablamos y las palabras que usamos, para que te hagas
una idea piensa en que hay idiomas que tienen múltiples palabras que se refieren a los
olores, que no están vinculados al sustantivo como en el español (Ej: ¿A que huele? R/ a naranja,
a café, a guardado). Por esto las personas que lo hablan tienen la capacidad de
percibir en los olores cualidades que nosotros que hablamos español no podemos,
eso es ¡increíble!, y así también con los sentimientos y con nuestra forma de
entender el mundo. Son las palabras las que articulan y condensan toda la
información que llega de nuestros sentidos y al mismo tiempo nos dicen como nos
deberíamos sentir. ¿De cuánto me estoy perdiendo por desconocer la palabra que lo hace evidente?
NUEVAS PALABRAS NUEVA REALIDAD.
Antes de lanzarnos a buscar esas palabras nuevas es importante saber que palabras usamos con mayor frecuencia para conocernos, y saber por dónde iniciar las mejoras de nuestra versión 23.0.
La versión en la que me quiero convertir no usa el mismo lenguaje que la actual, de lo contrario no habrá cambio sustancial, ¿qué palabras usaría ella? me pregunto. Busco esas palabras que le darán forma a lo que quiero para incorporarlas en mi cotidianidad y despertar esas nuevas posibilidades, por ejemplo: serendipia, ataraxia, flébil, inefable, melifluo, divinidad, fe, dasein, perene, dicha, alegría, éxtasis, sublime, milagro.
NOMBRANDO LO QUE SIENTO.
La gama de emociones es inmensa, pero si hago memoria no uso más de 10 palabras para definir mi estado de ánimo (alegría, ansiedad, miedo, rabia, tristeza, felicidad, tranquilidad). Inmediatamente nombramos eso que sentimos condicionamos a nuestro cerebro y cuerpo para sentir lo que se supone significa esa palabra para nosotros, por ejemplo, pienso que me siento ansiosa, inmediatamente lo identifico como una emoción negativa que no deseo sentir y comienzo a experimentar todo aquello que es ansiedad: taquicardia, sudoración, etc. Puede ser que sintiera un poco de expectación combinada con interés y energía para hacer, pero en el momento en que fue nombrado me he condenado a sentir ansiedad. No deseo reducir la inmensidad y complejidad de lo que soy a unas cuantas palabras, pues al final voy a terminar limitada a eso que me digo. Lo mejor de todo es que da igual si te inventas las palabras o son palabras que ya existan, decide en que realidad quieres vivir y luego nómbrala. Un ejemplo para aplicar es redefinir miedo, en lugar de usar esa palabra voy a decir “voyme” cuyo significado es: Sentimiento de entusiasmo por una actividad retadora para estar alerta.
CREAR MI PROPIA HISTORIA.
La memoria de quien soy necesita de las
palabras para existir, es con ellas que he construido mi identidad, me cuento
una historia de quien soy y voy ajustando los hechos para que concuerden con
ese relato; ¡todos somos escritores de nuestra vida! y si es necesario nos
inventaremos unos cuantos recuerdos falsos para darle coherencia, pero ¿Por qué
me narre esa historia así? ¿Es por lo que me dijeron o aprendí? ¿Puedo elegir quién
soy en mi historia?
Nuestros recuerdos no son más que una acumulación de interpretaciones, imágenes lejanas y ficción, y justo este último aspecto es el que nos da la libertad para cambiar nuestra identidad. Podemos cambiar nuestro pasado porque podemos editar nuestra memoria autobiográfica, aprendí que los recuerdos van mutando cada vez que los evocamos, en ese momento de recordarlos les hemos ido añadiendo o quitando cosas, cambiando el enfoque, la interpretación, restándole o incrementando su importancia, aprendí que el recuerdo se vuelve sumamente frágil cada vez que lo evocamos, tanto que incluso puede perderse. Lo más probable es que ese pasado que me lastima no ocurrió como lo recuerdo. ¿Cuánto de mis recuerdos es falso? ¿Mi pasado concuerda con el de los demás? ¿Puedo señalar de falsa la versión de otro?
Saber esto es tremendamente liberador, mi pasado me pertenece y tengo poder sobre él, no solo soy una mera espectadora condenada a las consecuencias de aquello que ya pasó. Eso de que “el pasado ni el futuro existe, solo existe el ahora” es un concepto que no me permite ponerlos a mi favor. Mi pasado existe en mi presente, alojado en mis recuerdos, y es justo ahora que los evoco con el poder de cambiarlos conscientemente, para ser yo quien se cuente su propia historia, más aún, contársela a otra persona y al mundo.
¿Deseas tener libertad de escribir tu pasado y tu historia con nuevas palabras?, cuentas con este libro como un gran aliado.
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