VANADURGA ASHRAM
RETIRO DE MEDITACIÓN
Hace unos años me propuse ir a un Ashram, deseaba
conocer a Sadhgurú, creí que con sólo estar en su presencia me daría acceso a
la sabiduría que necesitaba en mi camino de desarrollo personal. Viajar a la
India no era algo fácil, por su costo, el idioma, el tiempo que requeriría
etc. Este año llegó el momento de cumplir este propósito y fue de la
forma más fácil, especial, dulce y perfecta para mí; nada que ver con todas las
ideas que me había hecho en mi cabeza, fue mejor y más sorprendente.
EL CAMINO DEL RENUNCIANTE
Renunciar no en el sentido de no poseer nada, o
renunciar a las relaciones con las personas, me refiero al apego que tienes de
ellas ("que tu poseas las cosas, no las cosas te posean a ti").
Renunciar a la idea que tienes de cómo debe suceder todo, a tus planes,
expectativas y a los resultados.
Llegar al Ashram fue entrar en la otredad, ni
siquiera en los viajes más remotos que he realizado me he sentido así, tan
lejos de lo que conozco, de la idea de cómo es todo.
Desde que inició mi viaje hasta allí, dejar todos
mis pendientes, posponer la agenda, el vuelo hasta Medellín, luego tomar dos
buses hasta San Rafael (2:30 aproximadamente), abordar un mototaxi (20
minutos), terminar el recorrido a pie hasta llegar al lugar. Todo me parecía
desconcertante y agotador, extenuada del “corre corre” de mi vida y más aún con
este recorrido tan truncado, por decirlo menos, allí estaba ya, con mi mochila
al hombro.
Ya hoy, pienso que fui atraída hasta allí, con un magnetismo
poderoso del llamado de mi alma y, a pesar mío, cumplí con el anhelo.
PRIMERAS VECES
El primer día fue un choque interno, entre aquello
que pensaba saber y la realidad de la experiencia, un poco desubicada ante el
lugar (estaba en medio de la selva), mucha naturaleza, silencio y una agradable
sensación, el río fue un plus increíble.
Experimenté muchas primeras veces, con alimentación
ayurveda, en un Satsang, en yoga, en silencio colectivo, en meditación grupal,
en devoción, en vibración, en cantar mantras.
Encontrar este lugar, en donde cada persona está
trabajando su espiritualidad, aprendiendo, conectándose con su ser y deseosos
de sentir la divinidad de sí mismos, la unidad con el todo. Vivíamos la
conciencia desde que despertábamos, cuando comíamos, al cantar, al bailar, al
hablar, al escuchar.
Cada acto de nuestro día puede estar consagrado a
nuestro SER y vivir nuestra espiritualidad, sin importar donde estemos, en que
trabajemos y que personas estén a nuestro alrededor, es nuestra decisión.
Claro, allí era más fácil hacerlo, todo estaba dado para que sea así. Practicábamos
varias veces al día la meditación, la herramienta más importante para poder
estar presentes en nuestro día, en cada minuto, realmente es lo primordial para
avanzar en el crecimiento espiritual.
SIGNIFICADO
No puedo sino decir que fue hermoso, sanador e
iluminador. Sin obviar que fue desafiante, el estar presente es agotador, iba
de una actividad a otra, pues podía asistir a todos los cursos de los retiros
de vibración y baile que también se estaban dictando, en cada uno de ellos la
meditación era esencial y hay cansancio en mantener la postura de meditación
cuando no estas habituado. Aclaro que todo fue enseñado con amor, fue dulce y
fácil, pues uno de los principios de la enseñanza en el Ashram es la no
violencia, iniciando por nuestro propio cuerpo, mente y sentimientos.
Es difícil nombrar todo lo que recibí, aprendí y
descubrí, igual voy a intentarlo, espero abarcarlo todo: Devoción, Verdad,
Humildad, existen miles de caminos hacia Dios, Yoga, el poder del canto, Presencia
en todos los aspectos de mi vida, Comunidad.
SANGHA
Hay algo muy único allí, es el lugar, la
información que recibes, las actividades, los hábitos y sin dudarlo el factor
más especial son la personas, tanto los voluntarios, como los maestros y los
compañeros de los retiros. Personas diferentes en costumbres, ideas, nacionalidades
(Colombia, México, Argentina, Suiza, Madagascar, Australia, España ...), me
encantó que muchos de ellos hablaran español, lo que hizo muy cómodo para mí
poder compartir con naturalidad nuestras vidas, todos estábamos dispuestos a
mostrarnos tal cual somos, y hablar desde nuestra propia experiencia auténtica,
siendo vulnerables.
ENTREGA
Honestamente me entregué de lleno, no puse
objeción, no preguntaba por qué, ni para que, fui una alumna con la convicción
de tener todo por aprender y estar dispuesta a revaluar mis verdades.
Hay algo en especial que toco mi corazón, fue
reconciliarme con la devoción, ese sentimiento que te inunda cuando oras con
fervor. No recuerdo haberlo sentido antes, tal vez en la infancia, quizá. Pero
lo sentí tan nuevo, único, e incomparable, es una emoción poderosa, capaz de
transmutarlo todo en amor.
Nací en un hogar católico, pero no recuerdo haber
practicado la oración, solo repetía sin sentir y sin saber rituales y palabras
que tenían poco significado para mi comprensión.
Mi mente abierta a recibir me permitió darle
espacio en mí a esta dulce emoción, que creía reservada para los santos. Llegue
a estados de meditación profunda para luego expresar y experimentar el amor a
Dios, al universo, al todo, a la divinidad que hay en mí, a la “Diosidad” que
soy.
ES SOLO MI HISTORIA
No sé si todo el que va al Ashram se deja inundar por la sabiduría que
alberga cada instante de esa vida en comunidad, de la sensibilidad de las
personas, de la profundidad de las enseñanzas, me siento afortunada de haberlo
vivido así, ha sido de las mejores experiencias de toda mi vida. Creo que
estaba lista y por eso sentí el llamado, no debía esperar hasta planear un
viaje a la India, mi SER no deseaba que postergue este paso, pues era el
momento indicado, estaba preparada y el Ashram estaba en Colombia, había un
retiro de meditación y en él esperándome las enseñanzas de Swami Sivananda que
llegaron a mí por medio de sus discípulos. Gracias a las señales que nos marcan
el rumbo, siempre están presentes, una y otra vez, no podemos permanecer ciegos
a ellas y es en la meditación en donde encuentras la presencia para habitarte a
ti mismo, para recibir, para ser guiado y permitirte fluir y ser llevado por la
corriente del amor.
RECUERDOS LINDOS
Con mi profe de asanas @margrillo en @vanadurgaashram, de izquierda a derecha Hernán Narváez, Alejandra Grillo y yo.
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