INTELIGENCIA EMOCIONAL - DANIEL GOLEMAN
Hace tiempo que deseo escribir
acerca de este libro y me ha contenido la enorme tarea que representa concretar
en palabras la inmensa cantidad de herramientas que descubrí en sus páginas y que
siento me ayudan a transformarme una y otra vez. He notado que mi experiencia
de vida la defino día a día según mi estado emocional, sí he estado alegre,
tranquila o en paz ha sido un excelente día, de lo contrario uno terrible; al
transcurrir los días, meses y años me parece que el balance es igual, son las emociones las que determinan si ha transcurrido un buen mes o un mal año. Así
que intento aferrarme a las emociones “buenas” y rechazo las “malas”. He aprendido que para mi salud física las “emociones negativas” son un riesgo tan grande
como fumar y es otro motivo para evitarlas. La única estrategia que
tenía a mi disposición era estar entretenida para eludir sentir la incomodidad,
buscar placeres efímeros que me den oasis de alegría, y Dios no quiera que me
aburra pues de inmediato llega la duda existencial. ¿Es esa la mejor forma de
gestionarlas, distrayéndome de las “emociones malas”? Antes de este libro ni
siquiera me planteaba esta pregunta, no se me enseñó nada en profundidad acerca
de ellas, a identificarlas y transitarlas, a comprender por qué las siento y
cuál es la información que me están mostrando, no sabía lo determinante que son
para lograr mis objetivos, incluso más importantes que el coeficiente
intelectual. Este libro trata de todo ello, de darle el valor que les
corresponde a las emociones, no permitir que secuestren nuestra vida y que nos
movamos bajo su dominio, al contrario, que las usemos a nuestro favor. La fecha
de publicación es 1995 y el término: inteligencia emocional, ha ido cobrando cada
vez más importancia, aunque, en mi opinión, es un libro extenso y en partes
complejo (no lo recomendaría si estás iniciando el hábito de lectura), la
información que contiene es de un valor incomparable y nos brinda la oportunidad para poder comprender quienes somos, porque sentimos lo que sentimos y qué
hacer con ello.
“Cualquiera puede
ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en
la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la
forma correcta… eso no es fácil” Aristóteles.
Supervivencia del más emocional.
“Cada emoción ofrece
una disposición definida a actuar; cada una nos señala una dirección que ha
funcionado bien para ocuparse de los desafíos repetidos de la vida humana” Daniel
Goleman
Cada emoción te guía hacia una
respuesta o una forma de actuar, la felicidad te induce al descanso, a
la “buena disposición y entusiasmo para tareas y nuevos objetivos”; el
amor es el opuesto fisiológico a “lucha o huye” que provoca el miedo
y la ira, es una “respuesta de relajación” “calma y satisfacción que
facilita la cooperación”; la tristeza te provoca pérdida de energía
y entusiasmo que facilita el quedarse quieto, así te predispone a tomarte el
tiempo de evaluar las consecuencias que tendrá en tu vida la pérdida o una decepción
grande y planificar un nuevo comienzo, o simplemente llorar por la pérdida; con
el miedo la sangre va a las piernas para facilitar la huida y por eso el
rostro queda pálido, te congela por un instante para que determines si sería
mejor esconderte, lleva toda tu atención al objeto de amenaza para que evalúes
mejor tus opciones; la ira se despierta cuando crees que has sido objeto
de una injusticia o que algo quiere lastimarte , “la sangre fluye a las
manos” para que te puedas defender, el ritmo cardiaco aumenta al igual que
la hormona de la adrenalina para darte más vigor; la envidia te indica
aquello que deseas para tu vida; los celos te muestran aquello que no
quieres perder; la ansiedad te pide que actúes, que tomes la decisión,
te empuja a no quedarte solo con la idea o el proyecto en planes sino que sea
una realidad, a prever los posibles obstáculos y evitarlos; la culpa te
impide pasar de largo sin reflexionar en tus acciones y corregir el rumbo.
¿Qué hacer para gestionar una
emoción? Para gestionar nuestras
emociones el primer paso es estar presente para identificar cuál es la emoción
que estamos sintiendo, entonces comprender los pensamientos que están detrás de
ella y qué me están mostrando. A mí me funciona sentarme con los ojos cerrados
y centrarme en las sensaciones de mi cuerpo, antes de salir corriendo a
distraerme de ella o dejarme llevar por el ciclo ininterrumpido de pensamientos
y justificaciones de víctima, trato de darme cuenta, como si yo fuese otra persona,
de lo que me está pasando.
El autor nos sugiere ciertas
actividades que podemos realizar para gestionar nuestros estados negativos: Ayudar
a otras personas, ejercicio aeróbico, un pequeño triunfo o éxito fácil, orar o
meditar, mejorar nuestra propia imagen.
¿Cuál es el verdadero mensaje?
Creo que la misma emoción me trae
diferentes mensajes en diferentes momentos de mi vida, el mensaje puede variar
completamente y la emoción sentirse casi igual, con algunos leves matices que
la distinguen.
Es por esto, por lo que el autoconocimiento nunca termina, cada ocasión requiere de la introspección, reflexionar y decidir qué hacer, no simplemente ir reaccionando a todo lo que pasa. El autor nos dice “Así como existe un murmullo constante en nuestra mente (pensamiento) también hay un constante murmullo emocional” y ese murmullo condiciona nuestras decisiones una y otra vez, más que el razonamiento lógico son nuestras emociones las que le dan forma a nuestras acciones.
No se puede generalizar el
significado exacto de las emociones para todos, es algo que cada uno crea
para sí mismo. Lo mejor es escuchar nuestro cuerpo, las sensaciones y
pensamientos que surgen en la respectiva situación para entender el mensaje
que trae la emoción que estamos sintiendo.
“En esencia, todas
las emociones son impulsos para actuar” Daniel Goleman.
El secuestro emocional.
La información del mundo que obtenemos por nuestros sentidos, mensajes sensorios, son recibidos primero por el tálamo, este envía parte de la información a la amígdala y la información completa a la neo corteza prefrontal, pero la información que llega a la amígdala lo hace en menor tiempo. Cuando nos exponemos a una situación o conocemos una persona nueva, antes de darnos cuenta siquiera ya nos hemos formado una opinión acerca de si nos gusta o no, es lo que se llama el “inconsciente cognitivo”. La amígdala ya nos ha dado su opinión acerca de lo que percibimos, antes de que la mente racional, que recibe mayor cantidad de información, evalúe nuestras opciones. No podemos evitar el juzgamiento que ya hemos hecho con la disminuida información que recibió la amígdala.
“Nuestras emociones tienen
mente propia, una mente que puede sostener puntos de vista con bastante
independencia de nuestra mente racional” Daniel Goleman.
Un secuestro emocional es cuando una situación sobre estimula
nuestra amígdala, entonces nos perdemos del presente y terminamos viviendo en el pasado,
teniendo reacciones dominados por la mente emocional que hoy despierta por algo
que asimila igual a lo que viví en el pasado, ni siquiera puede tener una
relación aparente, pero como ella recibe una cantidad reducida de información
simplemente lo equipara.
Terminamos sin saber qué es lo
que está pasando realmente porque estamos inmersos en nuestras emociones del
pasado, es más, nuestra mente emocional usa a la mente racional para justificarnos
y lograr sus propósitos (ser dominados por la rabia, la ansiedad, el miedo…),
pensamos y actuamos según el sentimiento predominante en el momento y activamos
los recuerdos que corroboran esa historia.
No tenemos control sobre la
emoción que va a surgir, ni cuál será el momento en que nos va a descontrolar,
a arrastrar y secuestrar de nosotros mismos, sé que suena desalentador, pero sí
hay algo en lo que tenemos el control, y es en cuánto tiempo durará la emoción,
lograr controlar el tiempo que dura el secuestro emocional es
gestionar mis propias emociones, es uno de los componentes de la inteligencia
emocional.
“Mientras la mente racional
realiza conexiones lógicas entre las causas y los efectos, la mente emocional
es indiscriminada y conecta cosas que simplemente tienen características
llamativamente parecidas” Seymour Epstein.
Inteligencia racional Vs Inteligencia emocional
Acerca de esto el libro retoma
las palabras de Howard Gardner “muchas personas que poseen un CI de 160
trabajan para personas cuyo CI es de 100, si el primero tiene escasa
inteligencia intrapersonal y la del último es elevada. Y en el mundo cotidiano,
ninguna inteligencia es más importante que la interpersonal. Si uno no la
tiene, elegirá inadecuadamente con quién casarse, que trabajo aceptar,
etcétera.”
Nunca se trató de elegir entre el
corazón y la razón, es encontrar un equilibrio entre ambas, pues en todos los
estudios realizados se encontró que cuando interactúan positivamente la mente
emocional y la racional, la IE aumenta, lo mismo que la capacidad intelectual.
Creo que nuestra sabiduría aparece cuando podemos fusionar nuestras dos mentes.
“No se trata de
suprimir las emociones sino de elegir la emoción adecuada de manera
proporcionada a las circunstancias”
Inteligencia emocional.
1. Conocer las propias emociones. Reconocer el sentimiento mientras ocurre es la clave. “Conócete a ti mismo” Sócrates. ¿Cuál es tu emoción dominante?
2. Manejar
las emociones: Persistir frente a las decepciones, controlar el impuso,
demorar la gratificación, regular el humor, mostrar empatía, abrigar
esperanzas, evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar.
3. La
propia motivación. ¿Las palabras y el tono de la voz que escuchas en tu
mente es agradable o es violento?
4. Reconocer
emociones en los demás (Empatía). Identificar las sutiles señales de lo que
otros necesitan o quieren.
5. Manejar
las relaciones. La habilidad de manejar las emociones de los demás. Dice el
autor que “La prueba de la habilidad social es la capacidad de aliviar las
emociones alteradas de los demás.”
Pienso que con el hecho de poder
despertar una parte de mí que observa con cierta independencia cuando estoy
siendo arrastrada por un sentimiento es tener el 99% del trabajo realizado.
Mis prejuicios, las
programaciones del subconsciente o las heridas de mi alma (mi amígdala), condicionan
lo que pienso y quiero sin darme cuenta. Surgen antes siquiera de que me forme
una opinión elegida hoy por mí misma, pero siempre hay un momento en el que me
puedo ver y saber que estoy siendo gobernada por el pasado, justo en ese
instante nace la posibilidad de elegir algo diferente y a esta posibilidad es a
lo que le llamo libertad.
Este ejemplo da mayor claridad de
lo que estoy hablando. Hoy cierta persona, con argumentos sólidos e información
veraz, decide dejar de ser racista, homofóbico o machista, eso es lo que quiere
realmente. Pero cuando le presentan a una persona afroamericana, homosexual o
mujer, hay unas milésimas de segundo en donde se forma la opinión de que esa
persona no le agrada, no es de confiar o es inferior. Es algo involuntario, no
le hace peor persona, es una programación instalada en su niñez que está
operando. Entonces, si está presente y atenta, al momento siguiente surge la
posibilidad de elegir quien va a Ser al relacionarse con esta nueva persona que
está conociendo.
Inteligencia intrapersonal, genial como padres tenerla estudiarla y compartir con los hijos
ResponderBorrarSi, nuestros hijos son un buen motor para convertirnos en expertos.
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