LAS 4 FASES DE LA LUNA ROJA-MIRANDA GRAY

 


Las fases de la luna roja

Durante muchos años me creí en desventaja por ser mujer, no solo por las culturales, sentía como una gran carga el que cada mes deba llegar mi menstruación y con ella los molestos y dolorosos cólicos, también el que recayera en mis hombros (en todo mi cuerpo), la planificación para no tener hijos, y cuando nacieron mis hijos, todas esas responsabilidades indelegables, unas porque eran naturalmente imposibles, como la lactancia, y otras, porque lo eran psicológicamente, un instinto protector me impedía bajar la guardia y relajarme, me exigía estar siempre para el cuidado y protección de mis criaturitas.

Este libro, aunado a ciertos podcasts, y a la constatación y presencia en mi propio cuerpo y mi Ser, me ha cambiado la perspectiva por completo. Ser mujer es fascinante, mi ciclo menstrual es un regalo maravilloso que me permite experimentar la vida desde unos sentires variados y nutritivos, y mi capacidad de maternar es un superpoder que me llena de fuerza y valentía.

¿Por qué seguir leyendo si eres hombre? ¿Por qué es importante que conozcas acerca de los ciclos de las mujeres de tu vida, de tu pareja, de tu hija, madre, hermanas, etc? Es la posibilidad de relacionarte mejor con ellas, de poder disfrutar más a su lado y apoyarles con más eficacia. También el que puedas aprender un poco más de tus propios ciclos, todo en la naturaleza es cíclico, tiene ritmos y fases, las estaciones, el día y la noche, la luna, etc. Tú estás en la naturaleza y también hay ciclos en ti, aunque son menos evidentes que en nosotras.

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Mujer cíclica

Antes pensaba que mi periodo menstrual me afectaba simplemente en mi disponibilidad de fuerza, que en mi ovulación me llenaba de energía y deseo, y que, unos días antes de llegar mi menstruación los dos se iban. Pensé que era así de simple. La verdad es que nuestro sistema hormonal es muy complejo, la segregación de hormonas varía durante nuestro ciclo e influyen en nuestra energía, estados de ánimo, espiritualidad, sexualidad, pensamientos y actitudes.

Lo que más me impactó es que estos cambios afectan “la relación entre nuestros niveles conscientes y subconscientes de conocimiento.” Esto quiere decir que hay momentos de nuestro ciclo en los que el ego es más fuerte y somos proclives a revivir dolores pasados, dejarnos llevar por creencias limitantes, caer en bucles de pensamientos negativos, estar en automático y habitar emociones a las que nos hemos vuelto adictas; y hay otras faces del ciclo en que estamos propensas a la conexión, a estar presentes, tener perspectiva, se facilita nuestra capacidad de disfrutar, de ser compasivas, de estar en el aquí y el ahora, de tener claras nuestras prioridades y mantenernos conscientes.

Todo esto me ha hecho mucho sentido, al estar atenta y verificar esta información en mi día a día he notado que es totalmente real, he aprendido a observar mi ciclo, a conectar con mi cuerpo y dejar a un lado la mente, quiero estar atenta a lo que realmente estoy sintiendo y para esto ha sido fundamental la sensibilidad que me ha traído el practicar yoga. 

Es verdad que los sucesos de mi vida exterior también afectan mi nivel de presencia y conexión, pero, según el momento de mi ciclo, noto que varía la profundidad a la que llego cuando me sumerjo en el drama, o a la altura que me elevo en mi inspiración y creatividad. En unas fases puedo hundirme en el sufrimiento por más tiempo y más seguido, y en otras, si bien es cierto que también me perturbo, puedo recobrar la claridad y disipar la neblina mental con rapidez.  

Lo que este libro me reveló es que mi cuerpo funciona en un ciclo, nos habla de 4 fases, pero advierte que es una simple clasificación para facilitar el autoconocimiento. Cada mujer requiere auto observarse e ir descubriendo en cuál versión se va transformando a medida que transcurren los días y los cambios hormonales, y así descubrir cómo van cambiando sus habilidades, necesidades y percepciones.

“… aplicaremos nuestras habilidades más destacadas a la labor que tengamos entre manos en lugar de desperdiciarla en intentar organizarlo todo.” Miranda Gray  

Tomar conciencia de mi ciclo me permite obtener mi mejor versión día a día, es verdad que no puedo organizar todo para que concuerde con mis ritmos, pero sí hay un margen grande de maniobra para usarlo a mi favor, como saber con cuanta intensidad entrenar, cuándo abordar conversaciones retadoras, qué planes aceptar, programar mis tareas y mis descansos, cómo alimentarme, en especial me ha sido posible no juzgarme por ciertas actitudes y preferencias, entiendo de dónde vienen y sé que van a pasar, confío en que simplemente se trata de una fase y que pronto me voy a transformar sin necesidad de que haga nada, de que aprenda algo o deba esforzarme, como lo dice la autora “… confiar en que las habilidades “mágicas” se harán realidad.” Y confiar en que las emociones no tan agradables, el cansancio, la confusión, y lo que sea que esté sintiendo en la fase también se va a ir.

Ser mujer se trata de un eterno fluir, una constante de morir y renacer, dejar ir “la que ya no somos” y recibir con amor a la que nace en la nueva fase.

Todas las que soy

“… la “inconstancia” no es un aspecto femenino negativo, sino enriquecedor, que nos concede poder.” Miranda Gray. 

La autora nos plantea el dividir nuestro ciclo en cuatro etapas, mi ciclo es de, aproximadamente, 25 días. En donde el día 1 lo marca la llegada de la menstruación y este es el inicio de la primera fase, esta fase debería ser la que finaliza, pero, al ser fácil de identificar se la usa para marcar la vuelta completa del ciclo. Del día 1 al día 5 estoy en la Fase Reflexiva (menstruación); del día 6 al 12 en la Fase Dinámica (preovulación); del 13 al 19 en la Fase Expresiva (ovulación); del 20 al 25 en la Fase Creativa (premenstruación).

El uso de arquetipos y asociarlos a cada fase me ha permitido entender mejor esta información, me facilita identificar mejor las fases en mi día a día, así: Fase dinámica: La Guerrera, Fase expresiva: La Madre Divina, Fase creativa: La Hechicera, Fase reflexiva: La Vieja Sabia.

También me pasa que La Guerrera se puede presentar inesperadamente en la fase creativa, o la madre divina en la fase reflexiva, esto no es cuestión de ataduras o camisa de fuerza, las fases pueden durar más días o menos, eso es lo de menos, lo que me ha parecido realmente valioso es que me ha permitido comprender y satisfacer mejor mis necesidades, gestionar mis tiempos y organizar mi agenda, crear una vida más equilibrada y satisfactoria.

Hay una pregunta muy importante respecto a este tema, ¿Si estás planificando con métodos hormonales también te encuentras en el ciclo? La respuesta es no, este fluir de la mujer va de acuerdo con los cambios hormonales, y lo que hacen estos métodos es alterar las hormonas para impedir la ovulación. También he aprendido que, aunque haya sangrado y no estés planificando, la ovulación no ocurre todos los meses. Nuestro cuerpo es muy sabio, y si se estresa demasiado, percibe que las condiciones no son las mejores para quedar en embarazo, así que, no hay ovulación. Demasiado ejercicio, ayunos prolongados, estrés del trabajo o preocupaciones del hogar inhiben la ovulación, y nosotras no queremos esto, deseamos ovulaciones poderosas que despierten la Diosa que llevamos dentro, que hagan brillar nuestros ojos, que atraigan las miradas hacia nosotras, que despierten nuestras mejores versiones, esas que enamoran y seducen, esas que convencen y hasta manipulan.

La Guerrera

Esta versión es la que tiene más energía, en esta fase puedes esforzarte físicamente al máximo, salir de todos los pendientes de tu lista de chequeo, realizar los trabajos más demandantes, pues tu atención y concentración están al máximo. Este momento es ideal para introducir cambios, adoptar nuevos hábitos o iniciar nuevos proyectos. Esta mujer es segura e independiente, es el momento para practicar las afirmaciones positivas y las visualizaciones, porque en su interior sabe que no hay nada que no pueda conseguir. Este es el momento para tener esas confrontaciones que más temes pues se atenúa la sensibilidad emocional.

Cuando la Guerrera está en desbalance está muy acelerada, se siente frustrada si no hay suficientes estímulos, puede enfocar su energía en solo unos aspectos de su vida olvidando otros, es impulsiva y es posible que tome decisiones erradas, exige y reta a quienes no llevan su ritmo o no están de acuerdo con sus planes, o enojarse cuando las cosas no suceden como las planea o se salen de su control.

En el libro se dice que en esta fase estamos “…mejor preparadas para luchar en una estructura comercial masculina porque pensaríamos y nos comportaríamos más como hombres” Miranda Grey   


La Madre Divina

  Para algunas culturas, las energías y habilidades de esta fase definen lo que significa ser mujer” Miranda Grey

Me encanta encarnar este arquetipo, me parece que una fuerza compasiva y sabia se apodera de mí y me permite saber cómo apoyar a las personas que me rodean. Me he dado cuenta de que cuando estoy más estresada, ansiosa o triste es cuando estoy ensimismada en mis asuntos, en cambio cuando me siento más satisfecha, suficiente y con sentido es cuando soy altruista, cuando estoy presente para ver las necesidades de otros, sentir sus sentimientos, darles mi atención y tiempo, escuchar con todos mis sentidos para comprender sus motivos y acciones, en esta fase no me sentiré abrumada pues cuento con calma y fortaleza. En este arquetipo puedo sacrificar mis propios deseos y encuentro felicidad en la felicidad de quienes me rodean. Siempre trato de aprovechar este momento para expresar mi cariño o para crear relaciones más profundas, es importante dedicar tiempo de esta fase a este propósito y no desperdiciar mis habilidades, cosas sencillas como verme con amigos, hablar con compañeros de trabajo, pasar tiempo con mi pareja, estar con mi madre y divertirme con los chicos.

Es una versión muy bella pues, así como estamos disponibles para maternar a otros, también estamos presentes para nosotras mismas, para reconocer nuestros logros y sentirnos triunfadoras. Esta fase es ideal para visualizarnos logrando todas nuestras metas y sentirnos agradecidas.

Este es el momento para disponerme a disfrutar, para experimentar alegría y dicha, es ideal para agendar un masaje, para saborear un helado o pasear por la naturaleza.

¿Sabías que el subconsciente de los hombres reacciona a la feminidad de esta fase?, además en este momento se mejoran nuestras habilidades de persuasión.

El desbalance en esta fase ocurre cuando en lugar de dar acompañamiento termino inmiscuyéndome en la vida de los demás, o me olvido de mí misma y mis proyectos por sentirme egoísta, o entrego toda mi atención a personas lejanas y no me enfoco en mi circulo cercano, o peor aún, olvido mis propias necesidades. También podemos ensimismarnos en el placer y el disfrute.   

La Hechicera

Esta fase del ciclo se bifurca en dos opciones, en una puedo estar en el momento de la magia, donde surge mi autenticidad y las ideas más originales, la autora recomienda tener a mano donde escribir porque la genialidad llega de repente e igualmente se va. Estas son revelaciones para mi vida personal, laboral o creativa. La hechicera es una mujer inspirada que desea materializar su creatividad, siente el impulso de hacer muchas cosas y moverse hacia sus objetivos.

En la otra opción experimentamos un bajón en nuestros niveles de energía y de motivación, lo que necesitamos es descansar y reducir el ritmo, pero el detenernos nos hace sentir en palabras de la autora “incomodas y perdidas; incapaces simplemente de ser quienes somos porque en realidad nunca lo hemos experimentado”. He atado mi valor a lo que hago, así que el bajar el ritmo me trae la sensación de insuficiencia, esta creencia es generalizada en nuestra cultura, hemos unido la productividad al hacer y el éxito con el acumular. El reto en estos días es concederme un tiempo para estar en silencio, escribir o sólo Ser sin autocriticarme como vaga o perezosa.

En esta fase el subconsciente se vuelve más dominante y mi imaginación, además de traerme epifanías, también puede jugarme en contra y entrar en un bucle de pensamientos negativos, de emociones reprimidas y los conflictos mentales salen a la conciencia.

Es posible que en un solo ciclo surjan las dos, siendo muy creativa e inspirada unos días, y en otros al ir perdiendo mi enfoque caigo en mi automático, una programación de pensamientos y emociones negativas que se retroalimentan constantemente, me siento en una densa neblina mental.

Es el momento ideal para meditar, para la reflexión, para el autoconocimiento, en estos días tengo acceso a partes de mi psique que normalmente son escurridizas y ocultas, puedo ver mi genialidad o mi lado oscuro, se hacen evidentes mis dones al igual que las heridas del alma. Lo que sea que se me revele es importante que lo escriba, siguiendo la recomendación de la autora, así, cuando llegue La Sabia o La Madre Divina, pueda usar esta información para reflexionar acerca de las falsas creencias, de mis gustos, necesidades y encontrar la verdad.

No es el momento para afirmaciones positivas o visualizaciones pues te sentirás como una farsante al no creer genuinamente en ello.

La Vieja Sabia

La llegada del periodo viene con el alivio emocional, despierta en cada mujer la sabiduría ancestral y puedo formularle a mi subconsciente (y al subconsciente colectivo) las preguntas que temía, o había olvidado, hacer. Conecto con mi intuición de forma natural, sé qué debe vivir y qué morir en mi interior y en el exterior, y me permite ser guiada amorosamente.  


Esta sabia mujer prefiere estar a solas, meditar, escribir, el silencio, orar, pintar, danzar, caminar en la naturaleza, cualquier actividad que le permita conectar con su Ser para reflexionar acerca del rumbo que ha tomado su vida, sobre la forma en que administra su tiempo, las prioridades en su agenda, acerca de en qué o en quién esta invirtiendo sus energías, se pregunta si sus actos son congruentes con sus valores fundamentales, si está orgullosa de las versiones en quienes se ha ido transformando, evalúa y desecha los objetivos que ya no desea, se replantea nuevos propósitos y crea sus propias definiciones.

En este momento tengo facilidad para comprender mi lugar en el universo, llegan a mí profundas revelaciones, me torno meditativa y filosófica, puedo llegar al punto en que todo me parece surreal y sin gran importancia, así que no me resisto a nada y me siento satisfecha con lo que Es y Soy.

Es un buen momento para soñar despiertas, visualizarnos en posibles futuros positivamente hermosos.

En la antigüedad, en la época tribal, cuando la mujer estaba menstruando hacía una pausa en sus labores cotidianas para estar sola y retirarse a su mundo interior. Con el tiempo esta antigua sabiduría se desvirtuó, entonces la sociedad aislaba a la mujer con la absurda idea de que por su menstruación podía contaminar a los otros, de esto aún persiste algunas supersticiones. Aunque fuera por estas falsas creencias, por unos siglos, la mujer contó con este tiempo para parar y estar en soledad. En la actualidad este conocimiento se ha perdido completamente, se han desvirtuado las supersticiones, y esto es bueno, pero se le ha quitado a la mujer el tiempo para la reflexión, y con él, el acceso a una profunda sabiduría con la que podría enriquecer a su comunidad.

En esta fase cuento con la menor cantidad de energía, y aunque lo sé, me cuesta ir lento, muchas veces me ha parecido absurdo el cambiar mi rutina, me he programado con la idea de que el menstruar no me va a parar y que puedo seguir igual. Si no administro bien mis limitadas energías y atiendo al llamado de mi interior, termino sintiéndome irritable, me enojo fácilmente. Es por esto por lo que se asocia esta fase al mal humor o hipersensibilidad femenina, pero esto no es más que el resultado de no atender nuestras profundas necesidades.


Liberar el gran poder de mi inconstancia.

Ser consciente de la normalidad en los cambios durante mi ciclo hace que deje de sentir que hay algo mal conmigo por no poder mantener constantes mis emociones, pensamientos, fuerza e inspiración. Ahora sé que experimento la vida desde diferentes formas de ser, con cada arquetipo hay ciertas necesidades especiales que satisfacer y, lo más importante, también se activan en mí ciertos talentos que puedo usar, el atender mis requerimientos y usar mis dones conscientemente me hace sentir más satisfecha y en balance en todas las facetas de mi vida. Mi naturaleza cambiante me pide que no me cristalice en una fase, el querer mantenerme en un solo arquetipo es estar en tensión constante y frustrarme al llevar una vida para la que no estoy preparada, y como se dice en el libro “… estaremos obligándonos a ser algo que no somos.”

Ser Mujer

Desde mi pubertad había juzgado mi lado femenino, pensé que para los hombres era más fácil, odiaba el sentir miedo de ser tocada o abusada, me molestaba los “piropos”, gestos insidiosos y comentarios obscenos que ciertos hombres se sentían con el derecho de hacer.

Cómo no pensar que ser mujer era una desventaja, si el éxito era lograr todo lo que los hombres pueden, pero con las dificultades de ser mujer. Siento que he sido valorada y juzgada por una sociedad hecha a la medida de los hombres, me han sido impuestos ciertos márgenes de belleza y éxito, y yo misma he querido ir a su ritmo y tener y hacer todo lo que ellos tienen y hacen, en el feminismo reclamé igualdad, demostrar que podía ser igual a ellos y tener la misma vida, las mismas actitudes y valores. Ahora sé que sí es importante tener los mismos derechos y oportunidades, pero, a partir de ahí fluir a mi manera, de acuerdo a mis ciclos y persiguiendo propósitos que si me hacen sentido.

Con los años me he dado cuenta de que lo primero a resolver es dejar de compararme con los ritmos y tiempos de los demás, sean hombres o mujeres, darme la libertad para habitar este SER mujer y disfrutarlo, manifestar mi poder femenino, honrar las bondades y regalos que conlleva. Lo femenino y lo masculino son energías complementarías, pero disimiles, llamadas a darle vida a seres, ideas y creaciones únicas, a darle variedad y belleza al mundo. Todas las personas tenemos acceso a las dos, pero, por nuestro genero hay una que se potencia más, en esta vida he elegido ser mujer, así que deseo conocer más de la feminidad para conocerme mejor a mí misma.

Soy más que una

Soy varias en una

Pero ahora soy solo una

Aceptar quien soy, sin añorar quien fui o quien seré

No querer ser todas a la misma vez

Ya conozco sus nombres y he sido ellas

 Tengo el poder de llamarlas cuando las necesito

Entonces su voz surge para sostenerme, maternarme o aconsejarme

“Ellas” me rodean con su fuerza y sabiduría

Y ya no soy solo yo.

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Comentarios

  1. Bello escrito, gracias por tu sabiduría, ahora nos queda como hombres descubrir la sabiduría en el amor, para valorar cada arquetipo de mujer en los diferentes ciclos de las mujeres de mi entorno, pido sabiduria y a las mujeres apoyo para amarlas y respetar esas fases en cada una.

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  2. Que hermosa enseñanza la que nos dejas en este escrito, te agradezco por cada una de tus reflexiones, por el poder y la sensibilidad en cada palabra. Te admiro y reconozco por tan gran sabiduría y amor en cada letra plasmada aquí.

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