LA NUEVA CIENCIA DE LA ATENCIÓN-DRA. AMISHI P. JHA

 


Busqué este libro mientras atravesaba la enfermedad de mi mamá, fueron meses de cuidado, incertidumbre, hospitales, estaba estresada y me costaba mantener mi mente en orden. Leerlo fue todo un acierto, es el tipo de lectura que me encanta, una lectura amena a pesar de que es muy científico, además me enseña técnicas para implementar en mi día a día. Fue publicado en 2023, lo que es aún mejor, sus investigaciones son recientes y contiene datos actuales y muy interesantes sobre este tema.

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En ese momento de mi vida tenía un solo objetivo: cuidar con amor, ternura, compasión y eficiencia a mi mamá, además de reconfortarla, deseaba que pasada esta tormenta, en unos meses o años después, pudiese recordar este suceso y sentirme orgullosa de quien fui, saber que estuve a la altura de nuestros sufrimientos, que asumí con entereza este plan de mi Alma y extraje de su vivencia la mayor cantidad de beneficios espirituales, pero justo, cuando más deseaba poder ser la persona que había elegido, el estrés comenzó a afectar mi capacidad atencional y la divagación mental iba en aumento. En la lectura aprendí que ese torbellino de pensamientos me hace sentir sin control, entonces aumenta la incertidumbre y me estreso, lo que afecta mis emociones. Estos secuestros emocionales requieren un mayor gasto energético, dejándome sin combustible para llevar mi atención a donde quiero, y esta incapacidad de enfocarme genera más estrés, esto es una espiral descendente que la autora lo llama “El bucle de la desdicha”. Cuando me permito llevarme hasta el estrés y agotamiento pierdo la libertad de elegir y comienzo simplemente a reaccionar, pierdo la paciencia, olvido mis valores fundamentales y se activa el modo supervivencia.  Esto era lo que me estaba pasando justo en ese momento, yo intentaba ser positiva y pensar en otra cosa, visualizar la sanación tan esperada, pero me sentía sin energía y me encontraba con emociones de baja vibración que me impedían cuidar a mi ser querido en la forma que yo deseaba. Este libro fue fundamental, aprendí que al forzarme a tener pensamientos positivos gastaba los pocos recursos atencionales que tenía, agotándome y dejándome desprotegida y divagando más. Pero sí había algo que podía hacer, ejercicios de atención plena, llevar la atención a mi respiración y a las sensaciones de mi cuerpo. Esta técnica milenaria es lo único que se ha demostrado científicamente sirve para mejorar el mantener nuestra atención en donde queremos que esté. Yo quería llevar mi atención al amor que siento y a las bendiciones en mi vida, no al miedo, a futuros inciertos y dolorosos.

¿Por qué es importante la atención?

El poder mantener la atención es la única forma de estar redireccionando mis actos a los objetivos que me he propuesto, de darme cuenta quién estoy siendo justo ahora y salir del automático, “donde pones tu atención pones tu energía”, a donde llevas tu atención crea la realidad que deseas vivir, llevar mi atención a los actos bondadosos de los profesionales de la salud, a su profesionalismo, a los buenos pronósticos, a los milagros, a Dios.

Con esta experiencia concluí que la atención es el recurso más preciado que tengo, incluso más que el tiempo, y este no se puede guardar para usarlo más tarde, para cuando tenemos un reto importante o situación difícil, nuestra atención siempre está en algún lugar, el punto es saber en dónde. Actualmente hay muchos depredadores acechándonos para robarnos nuestra atención, para crear en nosotros necesidades inexistentes, para hacernos sentir el deseo de consumir más, para que pensemos que aún no somos suficientes y que allá afuera está el objeto que nos va a completar. En este momento de nuestra existencia, cuando la atención se ha monetizado, cada vez se vuelve más importante el ser capaz de elegir a que le doy mi atención, y allá afuera hay un mercado que innova y se especializa en captar mi mirada.  

Aprendí algo increíble, no nos es posible mantener nuestra atención por más de unos segundos, así nos paguen o nuestra vida dependa de ello, esto, una vez más, científicamente comprobado para todas las personas. Con la práctica de la atención plena y meditación no lograremos mantener nuestra atención por horas, lo que hace es que nos sea posible darnos cuenta de en dónde está nuestra atención, nos ejercitamos para que esos momentos, en que abrimos el ojo interno para observar qué estamos atendiendo, sean más frecuentes y así podamos redirigir nuestra atención a nuestros verdaderos objetivos, valores, o a la realidad que anhelamos habitar, o simplemente para estar en el aquí y el ahora y poder recordarlo después. Lo que aspiramos es a entrenar nuestro cerebro para que abandone los hábitos de pensamiento a los que por defecto va cuando no estamos dirigiendo conscientemente nuestra atención y crear nuevos patrones mentales.

Como siempre ato lo que aprendo a lo que vivo, esto fue lo que me dijo el libro: en esos días pensaba en que deseaba tener una fe inquebrantable, vivir en una realidad en la que me sienta sostenida por Dios, pero las dudas, los demonios y el depredador de la psique no daban tregua, y me creí falta de fuerza espiritual, creí que mi fe era débil. Así que entendí, es mi mente la que duda, esa es su tendencia por defecto, pero cuando estoy presente y le hablo a mis arquetipos mentales, es esa mi fe, esa voz soy yo, y me había estado hablando muchísimo, así que supe que tengo mucha fuerza espiritual y una fe inquebrantable, estoy dispuesta a hablarle a mi mente una y otra vez siempre que sea necesario, mi mente puede tener todas las dudas y negatividad, pero cuando abro mi ojo y la veo, yo decido hablarle de mi fe y eso es ser espiritual, al menos así lo es en este momento para mí.

Darme permiso de soñar despierta.

Vitrina de un local en Cusco Perú

Desde que descubrí que puedo observarme a mí misma se convirtió en un reto en mi día a día estar atenta de en dónde me encuentro, ¿Estoy en mis asuntos o en los de los demás? ¿En el presente, en el pasado o el futuro? ¿Y si estoy en los asuntos de otros, de quienes? ¿O estoy en los asuntos de Dios, en los que no tengo ningún poder o control? Quiero estar conmigo misma, y hacerlo de una forma cariñosa.

Es como si no estuviéramos ahí para las cosas que necesitamos hacer, para los demás y ni siquiera para nosotros mismos” Amishi P. Jha

A estos momentos en que adquiero metaconciencia, en que abro el ojo interno, o sea que presto atención a mi atención, les llamamos, con mi esposo, momentos “UY”, esto debido a un audio de un monje budista que los llamaba así, un momento “UY” es cuando de repente tengo conciencia de observarme y saber a dónde está apuntando la luz de mi atención, si es a una persona, a un recuerdo, a una preocupación o una sensación. Este creo que es el verdadero objetivo de meditar, pues, entre más momentos “UY” actuaré más acorde con la verdad de quien soy. Esta lectura me ha enseñado algo grandioso, y es que, para mantener una buena capacidad atencional, avivar mi creatividad y sentimientos de alegría, también requiero del “pensamiento espontáneo”, digámosle momentos “AY”, minutos para darle lugar en mi vida a la “divagación mental” o a soñar despierta, destinar un momento (o varios) del día para ello. Esto es diferente de “la mente errante” que es cuando queremos atender algo, pero “el pensamiento se aleja de lo que necesitamos o queremos hacer”, nuestra atención no concuerda con nuestros objetivos, al contrario, el pensamiento espontáneo es intencional, dejar que la mente corra libremente sin que se suponga deba estar haciendo nada más. Esto es más difícil de lo que parece, pues mi celular requiere de mi atención constantemente, me he acostumbrado a estar atendiendo algo todo el tiempo y se me hace insufrible el aburrimiento, al estar en la fila para pagar algo o ser atendido, al pasear mis perros, o en una sala de espera, siempre estoy llevando mi atención a redes sociales, a un audio, un libro, repasando listas de tareas o elucubrando posibles soluciones, momentos como estos serían ideales para permitir la divagación, pero estoy constantemente haciendo uso de mis recursos atencionales entregándolos por allí sin darme cuenta, y este desgaste de recursos me deja exhausta, provocando una existencia estresada, es que ya ni siquiera me doy cuenta del estrés sino hasta que me duele el hombro o la mandíbula. Así que esto de asignar tiempos a soñar despierta, momentos “AY”, me parece sensacional. No se trata solo de momentos “UY”, es un equilibrio entre presencia y ensoñación.

Amanecer en el desierto de la Tatacoa
Estar en mi vida
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Mas del 50% de nuestras vidas no somos conscientes de en dónde está nuestra atención. Creí que este era un fallo en nuestro funcionamiento, incluso pensé que el problema atencional se había incrementado con la tecnología, y no es así, está en la naturaleza del ser humano divagar. Me asombró descubrir que mantener una atención inamovible sería un grave problema de supervivencia, lo que salvaba a nuestros antepasados cazadores recolectores era distraerse y alzar su mirada ante cualquier ruido, llevar la mirada a una huella, quedarse mirando el cielo advirtiendo posibles lluvias. Nuestra capacidad de desatender la tarea que tenemos en frente no es un fallo es evolución. Aunque no se siente así actualmente, y es porque manejamos unos elevados niveles de estrés que hacen que divaguemos más, y además hay una competencia constante del mercado por captar la luz de nuestra linterna atencional, una notificación, una llamada, un sonido, pantallas de publicidad, se han multiplicado los factores que nos llevan a desatender lo que queremos vivir, en el pasado eran nuestros pensamientos los que se robaban nuestro enfoque, ahora, entre las novedades del mundo exterior, y la intensidad de nuestro mundo interior, el bombardeo de información no da tregua. Si tu atención no está en el lugar físico que te encuentras la verdad es que no estás allí, así que la ciencia me dice que, si quiero habitar y recordar los momentos en familia, mis vacaciones, las celebraciones, debo llevar mi atención a ese momento o de lo contrario será como no estar allí y no recordaré lo que ha sucedido. Nuestra memoria no está diseñada para hacernos revivir momentos bellos, plenos, significativos, sino para mantenernos vivos, por eso recordamos los momentos difíciles, de miedo etc, para que en un futuro usemos esa información y aprendizaje. Si deseo cultivar la sensación de una larga vida, plena, feliz y con significado debo elegir llevar mi atención a esos momentos que quiero atesorar. De lo contrario me puedo encontrar igual que las personas que se han evaluado en el libro, cuando mis hijos recuerden maravillosos momentos tenga que preguntarles si yo también estuve allí, porque no tengo ni idea de lo que estén hablando. Con tanta distracción a nuestro alrededor, y también en el interior de nuestra mente, nos estamos perdiendo las mejores partes de estar vivos.

Elegí estar presente para mi mamá, llevar mi atención a cada instante juntas, a su dolor y fortaleza, a los momentos de suave calma y a los de tempestad, sabía que era el gran momento del plan de su Alma y no me lo quería perder por estar sumida en mi drama, éste era su momento, se trataba de ella, en mi memoria queda el recuerdo de su templanza, su determinación y capacidad de entrega.

Mantenerme presente en lo que estábamos viviendo, sin desear evadir y cultivando mi aceptación, siento que fue lo determinante para transitar esta etapa de mi vida siendo yo misma, y permitiendo que esta experiencia le dé sentido a mi paso por el mundo, enfocándome en llevar mi atención a la realidad de lo que ocurría, a nutrirme de lo vivido y no elaborar un drama de víctima, al elegir la perspectiva con la que asimilo mi realidad decido cómo contarme mi propia historia.

"Sentir las emociones y dejarme informar, no gobernar por ellas"Amishi P. Jha

El plan de 12 minutos

Mantener una mente en forma no es un lujo, o algo que pueda elegir hacer o no hacer, al igual que el ejercicio y la alimentación consciente, la meditación es indispensable para que pueda dar vida a mis más bellas versiones, a florecer y experimentar mi máximo potencial, o simplemente para estar mental y emocionalmente saludable. En el libro se dice que la atención plena o mindfulness es como “realizar flexiones mentales”. Se demostró que con solo 12 minutos diarios puedes recibir sus beneficios. En el libro encuentras tres técnicas: la primera llevar la atención a la respiración, la segunda es mirar y dejar ir los pensamientos que surgen, y la tercera que es invocar amor y compasión hacia otros seres y a ti mismo. Yo inicié, hace ya unos tres años, con meditaciones guiadas de diez minutos en youtube, poco a poco he ido aumentando tiempo y encontrando nuevas técnicas, lo realmente importante es iniciar y ser constante. Hay días que no hago ejercicio, o no practico yoga, o me alimento fuera de mis requerimientos, pero la meditación es lo primero en cada día sin excusas, es el pilar fundamental de mi sádhana (práctica espiritual diaria).

“La atención es la forma más elevada de amor” Amishi P. Jha

La magia de ser visto y ver, de que todos los sentidos se colmen de la persona que nos acompaña, sin que pensamientos nos alejen de experimentar las partes que se están manifestando, sin pensar en lo que le vamos a decir, o que sepamos si podemos o no consolarle, o comprenderlo, es tan simple (o tan complejo) como poder estar presente solo para percibirlo, para ser testigo de su vida, de su felicidad, de su dolor, de su verdad. Ésta es la forma más elevada de amar, atender con todos nuestros recursos físicos, mentales, emocionales y energéticos. Para esto se requiere en un inicio tener tiempo, sólo quien tiene tiempo puede amar a otros, y, entonces, dejar a un lado los juicios y distracciones para llenarte de la existencia del otro ser, o de uno mismo si hablamos de amor propio. Así que practicar la atención plena es entrenarnos también en mejores y más elevadas formas de amar.    

El reloj no sabe de tiempo

Estar suspendido en un suspiro no dura unos segundos, se siente transformador, contemplativo, extendido e ¿infinito?, perderme en un grato recuerdo parece un instante y en ello se ha ido todo lo que dura una canción, en cambio unos minutos de tensión y esfuerzo, sea físico o mental, parecen dilatarse, extenderse con la sensación de no tener fin, entonces un segundo no es igual de extenso que otro, así que el reloj no sabe de mi tiempo, solo yo conozco cuánta vida hay en mi tiempo.

"No te creas todo lo que piensesAmishi P. Jha

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Comentarios

  1. Hermoso mi amor linda, me encantan tus escritos, voy a tener más momentos ay 🙈

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  2. Hay joyas ocultas más allá de los best seller, lo que nos transmites es excelente ¡Gracias por compartir! 📚✨

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  3. Que hermoso este compartir gracias por tu sabiduría

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